sábado, 28 de junio de 2014

Una primavera mirando al primilla.


El pasado 13 de febrero observé al  primer cernícalo primilla volando sobre Trujillo, tras haber pasado varios meses en su invernada por tierras africanas, me gustaba verlo y pensar que tras el largo viaje de vuelta, pronto empezarían a venir más y que poco a poco irían ocupando los tejados de aquellos edificios donde cada año establecen sus colonias de cría.
 
 
Poco a poco fueron viniendo más, fueron dejándose ver con más frecuencia en  lugares como la plaza de toros, los silos, algunas iglesias, palacios y varios bloques de pisos dentro de Trujillo.
Cada atardecer, al volver de mis rutas guiadas en las que había pasado el día viendo aves en lugares como los llanos de Cáceres y Trujillo, Monfragüe, Arrocampo u otros lugares importantes para ver aves en Extremadura, todavía me quedaban ganas de coger los prismáticos y el telescopio para acercarme a la Plaza de toros o subir a algún lugar elevado para disfrutar de la belleza de este halcón tan especial y de otras aves que vuelan sobre los tejados trujillanos, como las cigüeñas, las grajillas, los vencejos comunes y  pálidos, golondrinas comunes y daúricas, aviones comunes y roqueros  u otras muchas aves que se observan dentro de Trujillo y su entorno más cercano, pues tenemos la suerte de vivir en un lugar único para la observación de aves.
Por entonces ya podía empezar a intuir el número de parejas que se podía esperar para cada una de las colonias, pude presenciar la formación de parejas,  también les veía mostrar sus preferencias por los lugares donde instalarían sus nidos, podía observar las cebas de cortejo, que son esos regalos que los machos de cernícalo primilla traen a las hembras, generalmente son grandes insectos y en esas fechas, una de las cebas de cortejo más frecuentes suele ser el grillo topo o grillo cebollero (Gryllotalpa grillotalpa), también alguna escolopendra o alguna lagartija en días soleados. Era  muy frecuente observar los vuelos de exhibición de los machos o los apareamientos a la entrada del nido o sobre alguna antena.
A partir de abril se me encargó el trabajo de censar la población de cernícalos  primillas en Trujillo, algo que acepté con ilusión pues suponía contribuir a mejorar el conocimiento que se tiene sobre esta especie para su conservación, no es tarea fácil censar al primilla sobre los tejados de Trujillo pero con paciencia empiezas a localizarles, les  ubicas mejor y en definitiva les conoces más a fondo y descubres detalles como donde tienen su nido, sus posaderos habituales, el número de parejas que viven en cada edificio, hacia donde vuelan para buscar su alimento y muchos otros aspectos de la vida de este ave que te hace tener la sensación de cada día aprendes algo nuevo.
Cuando llega Mayo, sobre todo a partir de la segunda semana, el cernícalo primilla se vuelve extremadamente discreto, es entonces cuando van terminando sus cortejos, cebas, sus apareamientos y van empezando su incubación, en ese periodo, para quien no conoce al primilla, podría incluso llevarse la impresión de que han dejado la colonia, ya que apenas se les ve y se les oye mucho menos. Pero hacia finales de mayo, aquellas parejas que primero empezaron la incubación empiezan a hacerse más visibles y es posible verles venir transportando comida en el pico o en las garras y entrar debajo de las tejas o en huecos de las paredes, ese indicio es la señal inconfundible de que los pollos están naciendo y a medida que los pollos van naciendo en los diferentes nidos, la actividad va volviendo a las colonias, aumentando a medida que más pollos van creciendo y necesitando más comida.
 
En esas fechas es muy interesante buscar lugares estratégicos, con buena panorámica en las afueras de Trujillo para poder observarles en sus idas y venidas, suelen salir en parejas o pequeños grupos dispersos hacia sus zonas de alimentación que se encuentran en lugares abiertos del berrocal o en los límites del mismo, donde crecen pastizales ricos en alimento para el primilla. Es un comportamiento muy interesante, ya que igual que les vemos salir en dirección a sus áreas de caza, les podemos observar volver cargados con sus presas camino del nido, además, los primillas no se alejan demasiado y necesitan tener buenos cazaderos cerca de sus nidos, ya que a medida que crezcan los pollos tendrán que multiplicar sus idas y venidas, es curioso comprobar que algunas colonias parecen tener cazaderos concretos ya que se les observa siempre ir y venir en la misma dirección, como si tuvieran zonas de paso más o menos definidas.
En Junio pude participar en el primer festival dedicado al cernícalo primilla en  Trujillo, en ese festival, uno de mis cometidos como guía ornitológico fue atender un puesto de observación de aves en la Plaza Mayor  y guiar varias rutas para observar al primilla y otras aves urbanas durante el festival, en esas actividades participaron muchos niños que demostraron ser auténticos entusiastas del primilla, al participar en aquellas actividades, tuve la satisfacción de estar contribuyendo a despertar esa actitud de interés y respeto tan necesaria para conservar las aves. Sin ir más lejos, el cernícalo fue una de esas especies que despertó mi interés por las aves, ya que era habitual encontrártelos por la calle, cuando se caían de los nidos y cuando tuve mis primeros prismáticos, pasaba largas horas mirando a los "mícales".
Parece que junio ha transcurrido rápido, tan rápido como crecen los jóvenes primillas. Ahora que acaba de llegar el verano, las colonias de primillas se encuentran en plena ebullición, los primillas tienen prisa, mucha prisa y les podemos ver volar continuamente en las colonias cargados de grandes insectos, de escolopendras y alguna lagartija  para sus pollos  y saliendo de nuevo a los alrededores de Trujillo en busca de más, no es para menos, sus pollos también tienen prisa por crecer y volar y se asoman impacientes a la puerta de sus nidos, estiran y ejercitan  sus alas, su crecimiento se nota de un día para otro pues ya les queda menos para volar, es todo un espectáculo.
 
 
Los adultos parecen inquietos, a veces ,alguna rapaz como el milano negro o el águila calzada se acercan a las colonias y son perseguidos y acosados por uno o varios primillas que les molestan hasta conseguir alejarles de la colonia a la suficiente distancia como para que no sean un peligro para sus pollos.
En estos días, al pasear por Trujillo, me resulta imposible no distraerme continuamente mirando al cielo ya que es imposible no verles, hay momentos en los que solo con hacer una rápida pasada recorriendo con los prismáticos el cielo de Trujillo, llegas a ver hasta más de 40 ejemplares volando en diferentes direcciones o planeando en círculos.
Observar los edificios que tienen colonias de primillas es algo espectacular, numerosos pollos se asoman a la puerta de sus nidos, todavía cubiertos con su denso plumón blanco, otros más emplumados caminan por el tejado y ejercitan sus alas, los más atrevidos ya son capaces de lanzarse a volar hasta el edificio de enfrente haciendo sus aterrizajes con mayor o menor habilidad, viendo el ajetreo de las colonias se comprende mejor lo que está ocurriendo sobre los tejados de Trujillo, es toda una satisfacción pensar que cada vez que ves un cernícalo volar con comida hay una nidada de entre 1 y 4 pollos que esperan impacientes a recibir una nueva ración.
 

 

 
 
 A lo largo de la primavera he observado más de 200 especies diferentes de aves, he recorrido llanos, dehesas, embalses, arrozales, zonas de media y alta montaña  pero no me he cansado de observar a los primillas de nuestros tejados.Puedo decir que me siento un verdadero privilegiado por haberme pasado la primavera mirando al cielo y recorriendo con mis prismáticos los tejados de Trujillo en busca de los “mícales”, porque para quien todavía no lo sepa, “mical” es el nombre con el que en Trujillo y en muchos otros pueblos de Extremadura se le conoce al cernícalo primilla, un ave que como pocas ha sabido captar la atención de los extremeños por su cercanía, por vivir en nuestros tejados y por haber sido el aliado de la gente del campo y nuestro vecino desde tiempos inmemoriales.
 
Ahora que va quedando menos para que los pollos emprendan el vuelo y dejen las colonias, tengo la certeza de que este año ya le quedan pocos días para disfrutar de los primillas volando sobre los tejados, ya que una vez que vuelen, dejarán las colonias y se irán de Trujillo, más tarde cruzarán hacia Africa y no volverán hasta la próxima primavera ¡Buen viaje a Senegal!
 
 
 
NOTA:
- Durante estos días no es raro encontrar pollos caídos del nido, si encuentras uno, recuerda que son una especie protegida y que la mejor forma de ayudar es llamando al 900 351858 del Centro de Recuperación de fauna Silvestre "Los Hornos" en Sierra de Fuentes (Cáceres),  para ser asesorados por expertos.
 
 
 
 
- Es muy entretenida la observación de las colonias de cría dentro del núcleo urbano, pero recuerda que hay que evitar molestias y guardar la suficiente distancia para que se comporten con naturalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario